LA FÁBULA DEL PÁJARO FEO. Fábula lacandona 03/01/2010
Posted by mibervaz in VAGUEDADES.7 comments
En mi travesía por las aulas del Instituto Tecnológico de Acapulco (nueve años; bachillerato y licenciatura) tuve el privilegio de admirar a
personajes como Tania Libertad, Joaquín Cordero, al mimo Germán Robles, y así a algunos artistas más, esto gracias a un programa cultural implementado por la Secretaría de Educación Pública en coordinación con el subsistema de Institutos Tecnológicos.
De quienes se presentaron en aquel entonces, hace más o menos veinticinco años, recuerdo, lo hicieron algunos integrantes de la compañía de teatro El Galpón. Uno de ellos narró la siguiente fábula (si algo falta o tengo algún desatino, por favor pido disculpas, pues de veinticinco años a la fecha, alguna de mis neuronas ya fallecida probablemente se llevó parte de la información, sin embargo, con gusto y cariño reproduzco para ustedes).
“En el principio del mundo, existían entre los pajonales sólo los jaguares y las aves; había pugna entre ellos. Los jaguares cazaban a las aves y las devoraban. Es por ello que las aves siempre estaban alertas, descuidando otras actividades; por lo que dijeron entre sí, elijamos entre nosotras alguien que tenga la responsabilidad exclusiva de vigilar. De inmediato objetó el pavo real; no soy apto, pues descuidaría mi apariencia. El jilguero también expuso sus razones para no ser elegido, y así todos expusieron sus argumentos, negándose para asumir el puesto.
Entonces, propuso el tecolote: ¡que sea el pájaro feo!; la propuesta al unísono fue aceptada, pero siempre, en toda reunión existe un opinante en contra. Era la guacamaya, quien manifestó: ¡es tan feo, pero tan feo el pobre que no tiene presencia, personalidad, la cual debe poseer todo aquel quien tenga autoridad alguna! ¡Tal situación tiene solución!, replicó en coro la totalidad plumífera; ¡cada uno de nosotros le proporcionará una pluma!
Así, pasó el pavo real y le entregó una pluma, enseguida correspondió el turno al quetzal, y así sucesivamente pasaron todas las aves, depositando con ellas su confianza. El pájaro feo pasó a ser una de las aves más hermosas e inició su labor de vigilante. Pasó el tiempo, pero de tan elegante que se veía, no faltó en llegar la vanidad; se detenía en cuanto arroyo o agua cristalina encontraba a su paso, para admirar su belleza, descuidando la vigilancia. Tanto se distrajo que llegó el día en que los jaguares atacaron y diezmaron a las aves.
Ante tal suceso, se enojaron tanto sus compañeras, las cuales reclamaron al otrora pájaro feo, y enseguida le sentenciaron: ¡como has descuidado tu responsabilidad, te quitaremos una a una nuestras plumas y la confianza que alguna vez te otorgamos! Así, el presumido pájaro que de por sí era feo, quedó más feo”.
Según el narrador, la fábula la recitan los lacandones a sus autoridades cada vez que las eligen. ¿Su validez será exclusiva para los lacandones?, ¿tendrá validez universal? Me parece que un Maestro chiapaneco la relata mejor que un servidor; si encuentro el relato, tengan por seguro que se los comparto.