FLORES DE FIN DE AÑO. En la Costa Grande del Estado de Guerrero 27/11/2013
Posted by mibervaz in VAGUEDADES.add a comment
En otras regiones de nuestro Estado y de la República Mexicana, en los fines de año, la flor más
representativa es la de Noche Buena (Euphorbia pulcherrima). Esta flor en la Costa Grande del Estado de Guerrero no se cultiva, debido a las condiciones climáticas que no le son propicias. Quienes la comercializan aquí, las adquieren en aquellos lugares donde se reproducen y cultivan.
Sin embargo, las flores comunes y que crecen de manera silvestre, atreviéndome a decir que son representativas en ésta época del año, son las flores de “bocote” o “cueramo” (Cordia elaeagnoides), “campanita”, “trompetilla” o “capullo” (Ipomoeas), la de “conchita de mar” (Clitoria) y «gallinita» o «gallito» (Centrosema)
Con respecto a la flor de bocote, el árbol florece también en otras épocas del año, pero cuando más abunda es en los últimos meses. En estos meses era común observar a los cerros cubiertos por un manto blanco como la nieve, sobretodo en años anteriores, cuando la deforestación no era tan marcada; la culpable, la flor del bocote o cueramo, ahora se miran sólo manchones blancos.

En conversación con algunas abuelitas y señoras grandes, relatan que en los días de celebrar a Todos los Santos; primero y dos de noviembre, con la flor del bocote elaboraban hermosas coronas para honrar a sus difuntos. Hoy en día tal tradición ha quedado en el
olvido con la introducción de flores sintéticas. Ahora ya no las hacen porque a la mayoría de las personas se les hace más fácil comprar coronas artificiales que en realidad son contaminantes.
En cuanto a las campanitas, trompetillas o ipomoeas se les aprecia a orillas de carreteras, en terrenos baldíos y veredas que en las mañanas dan un toque romántico y mágico, con un mensaje de paz, sentimiento y humanismo. Se admiran en todo su esplendor en las madrugadas y mañanas; van marchitándose en la medida que aparece con mayor intensidad la luz del sol. Las hay en colores azul y morado; unas de mayor tamaño, otras más pequeñas.
Por su parte, las «conchitas de mar» o clitorias y las «gallinitas» o «gallitos» (centrosema), aunque menos abundantes, si se les encuentra adornando muros y quitando fealdad a los solares abandonados.
Otra flor que he observado, crece en fin de año es la zinnia silvestre, también conocida como charahuesca o flor de San Miguel.


ANÉCDOTAS DEL CAMPO. Las abejas y su trabajo 04/11/2013
Posted by mibervaz in VAGUEDADES.add a comment
En unos de estos días del mes de octubre pasado de manera informal conversamos un amigo quien es médico y un servidor sobre la miel de las abejas.
Mi comentario fue en el sentido que un día me encontraba en la cafetería de la escuela disfrutando de unas enchiladas rojas con su respectiva coca- cola normal de lata, cuando de pronto llegaron dos abejitas, y empezaron a rondar mi bebida, quise ahuyentarlas moviendo la lata de un lado a otro, pero vanos fueron mis intentos; ellas insistían. Por fin cedí y les dejé el refresco; esto por el temor a que fueran de la especie africana, puesto que dicen (dicen, a mí no me consta. ¡Uff, y ni espero que me conste!) que si las ahuyentas bruscamente, se enfadan y enseguida llegan las demás.
Ahora entiendo el porqué algún tipo de miel es de color oscuro, y el porqué a veces las abuelitas discuten con el vendedor de miel, reclamándole que le agregan una buena cantidad de piloncillo o panocha. Es probable que sí, efectivamente algunos vendedores incrementen el volumen de la miel adicionándole piloncillo o panocha (esta última palabra es una grosería en otras partes de la República Mexicana, pero en la Costa Chica del Estado de Guerrero, es común referirse con ella al piloncillo) y sea la razón del color oscuro de la supuesta miel, pero también puede ser una causa que las abejas recolectan el dulce de los envases de la mencionada bebida prieta.
El médico a su vez, relató que un día compró un frasco de miel a un vendedor ambulante, y lo llevó a casa. Al siguiente día su esposa preparó una taza con café, cuyo contenido lo endulzó con la miel del
frasco adquirido; él por su parte la untó a la mitad de un bolillo. Enseguida sintieron mareos, y atribuyeron la causa a la miel adquirida.
Días después, se encontró con el vendedor ambulante, y le comentó lo sucedido. El vendedor explicó que la miel procedía de un recóndito lugar de la sierra, donde las abejas hacían la recolección del néctar de unos floridos campos del rojo color de la amapola. Por cierto, según relato del médico, el color de este tipo de miel es del color del sol de mediodía. Ahhh!, que también le comentó que los frascos se vendían como pan caliente, aunque nadamás en determinadas épocas del año.
¡Cómo ven, las abejitas hacen su trabajo! ¿De qué tipo de flores?, ¡eso no les interesa! Ahora comprendo el porqué me decía mi abuelita; ¡trabaja hijo, ponte a hacer algo! ¿Acaso crees que las abejas están de perezosas en la colmena?.